Cómo va?
Continuamos hoy con la variabilidad individual. Empezaremos con los niños.
No debemos nunca pensar que un niño es un adulto pequeño en cuanto a la administración de fármacos. Se ha observado que hay diferencias farmacocinéticas y farmacodinámicas marcadas con respecto al adulto y donde hay más diferencias es en el prematuro y lactante pequeño.
¿Qué consecuencias puede tener?
En la distribución veremos que los niños tienen en su composición más agua y menos grasa. Además, habrá una menos unión a proteínas plasmáticas lo que aumenta la fracción libre y eso aumenta el efecto, aunque a veces se necesitan dosis mayores, dependiendo del fármaco. Hay un inmadurez de la BHE por lo que el paso al cerebro está facilitado y eso se debe tener muy en cuenta.
En la absorción, el ph gástrico es relativamente alcalino y el vaciamiento gástrico y el peristaltismo intestimo intestinal esta muy alargado. Eso en principio no es muy problemático, pero hay que tenerlo en cuenta. Además, en los tratamientos de piel y córnea se debe tener en cuenta que es de menor grosor el estrato córneo y la piel está más hidratada por lo que la absorción será mayor y se deben ajustar las dosis muy bien. A partir de los dos años esto ya no es tan problemático.
En la eliminación, se debe tener en cuenta que los enzimas están poco desarrollados y que hay una inmadurez renal así que los efectos serán más prolongados y mayores.
Hoy en día, aún se sigue haciendo un ajuste de la dosis del niño partiendo de la dosis adulta. Bueno... como se ha dicho antes no debería ser así. También es verdad que no hay muchos ensayos clínicos específicos por razones obvias. Existe una paradoja pues... NO queremos hacer estudios con niños porque podemos dañarles y es lógico pero... Los medicamos a ciegas, por decirlo de alguna forma. Es algo que se debe reflexionar.
Lo que si se hace es NO dosificar por edad. Lo que importa es la composición del niño no la edad, ¿y si el niño está más desarrollado? ¿Y si tiene más grasa?...
El problema de hacerlo según el peso, es el mismo que antes, que se compara con el del adulto y se adecua.
Lo más útil y exacto, pero más complejo, es por superficie corporal, pero es difícil tallar a un niño y por tanto solo se usa en fármacos muy peligrosos.
Otro punto muy importante a la hora de medicar a un niño es facilitar la administración para evitar que no se cumpla el tratamiento. Por ejemplo, es preferible que no sepan muy mal, que sean fáciles de tragar. Si son intra venosos o musculares, colocarlos en zonas concretas como glúteos o la cabeza... Si el niño lo rechaza por el sabor tener mucha paciencia, no crearle ansiedad ni temor. Poco a poco animarle a tomarlo. Por otro lado, si ya está en edad escolar, que no se le olvide por estar allí...
Y por último, cualquier RAM distinta de los adultos o efecto raro informarlo, pues se debe tener en cuenta ya que, como hemos dicho antes, NO HAY A PENAS ESTUDIOS EN NIÑOS y cualquier efecto adverso es información importante. Y por supuesto, informar siempre a los padres de las dosis e incluso al niño que ya tiene capacidades de entender, porque el niño no es tonto y entiende.
Por otro lado, totalmente opuesto, los ancianos también tiene problemas a la hora de medicar. También tienen cambios fisiológicos. Pero lo más destacable es que muchas veces no siguen el tratamiento, no porque no quieran, sino porque no está bien explicado o no se acuerdan, o se lian... Es importante ayudarles, informarles, hacer lo más sencilla posible la toma y controlarles y hacerles ver que deben valerse por si mismo lo máximo que puedan.
Lo voy a dejar hoy por aquí. Espero que os haya parecido interesante. Besitos y cuidaross!!
Saludooooooos :D:D:D
Saludooooooos :D:D:D
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