El invierno había pasado. Empezaban a florecer los campos, a brillar el Sol y a ser los días más largos y las noches más cortas. Pero en tan paradisíaco momento, las cosas no iban bien en la aldea. Las calles se llenaban de pedigüeños, los comercios cerraban e incluso la taberna estaba vacía. ¿Por qué? ¿Qué había pasado?
Con la llegada del calor, los bárbaros ya no necesitaban calentarse con la leña, así que dejaron de comprarla. Leñadorio, viendo que su negocio perdía clientes por momentos, y con ello, dinero, decidió que era el momento de reducir los gastos. Para ello, despidió a todos los ayudantes que había contratado para hacer frente a la fuerte demanda invernal.
Todos estos jóvenes ayudantes se vieron de pronto sin trabajo y sin ingresos, con lo que tuvieron que dejar de gastarse su paga en cerveza y otros lujos. Los más ahorradores decidieron guardar su dinero mientras encontraban otro trabajo, sin embargo, los más derrochadores pronto se vieron obligados a mendigar para comer. La aldea había entrado en crisis.
Pero lo peor aún estaba por llegar. Esto llevó a que tanto la taberna como el resto de comercios que habían florecido en la aldea empezaran a perder clientes e ingresos, y tomaron medidas similares a las de Leñadorio, provocando que hubiera más bárbaros sin trabajo y sin dinero.
Los bárbaros se enfrentaban a una recesión. ¿Cómo saldrían de esta? Tarde o temprano volvería el invierno y el negocio de la leña volvería a florecer, pero ¿qué iban a hacer hasta entonces?
¿Qué han aprendido los bárbaros?
Han aprendido, sin saberlo, lo que es la demanda agregada. Esto es todo aquello que se compra: los bárbaros compraban leña, mientras que los trabajadores de Leñadorio compraban otras cosas, lo cual generaba ingresos para el resto de mercaderes, que a su vez gastaban sus ganancias en otras cosas. Mientras el dinero fluía, la riqueza de la aldea aumentaba, con lo que estaban en una época de crecimiento. Pero cuando la industria de la leña cayó, la economía de la aldea empezó a funcionar más despacio, cayendo en una crisis. Sin embargo, eso no era lo peor que podría pasar: el derrumbamiento del mercado de la leña hizo que todo lo demás también se derrumbara, provocando una recesión: la aldea era cada vez más pobre.
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